Rencor

Escrito el 16/05/2019
Pastora Tovar


El rencor y el orgullo. Quien guarda rencor en su corazón, difícilmente es feliz. Tu mereces serlo.

El rencor es un sentimiento personal que todos hemos sentido alguna vez.  Es un sentimiento doloroso, un enfado  profundo que se adueña de nosotros  y que  interfiere en nuestra vida e incluso se puede llegar a apoderar de nosotros mismos.

Normalmente el rencor sale a la luz cuando una persona tenía unas expectativas hacia alguien y este alguien en vez de cumplir con esas expectativas que teníamos nos ha dañado, humillado, ofendido, ridiculizado.

Es ahí cuando al no cumplir con las expectativas nosotros, en vez de comunicarlo, nos callamos y no lo decimos, o incluso lo comunicamos a medias a la otra persona.Es entonces cuando surge el rencor.

Algunas veces , las acciones que hemos sufrido pueden ser injustas e injustificables. Se trataría de situaciones extremas como un maltrato, una violación, un asesinato.

Sin embargo, en muchos otros casos las situaciones son más simples, o menos graves, como una traición, una infidelidad, una promesa rota.

En estas situaciones el rencor aparece simplemente porque no hemos podido transmitir a la otra persona lo que sentíamos o lo hemos transmitido a medias.

Las emociones no se han terminado de expresar, sobre todo la rabia por algo. Si no expresamos bien la rabia, entonces aparece el rencor y a posteriori, en vez de solucionar el problema que teníamos con la otra persona, por el contrario surge el odio.

El rencor es como un arma de doble filo. El enfado que tienes contra la otra persona te lo estás generando en ti, y te provoca malestar a ti, actúa como si de un espejo se tratara. Lo que nosotros sentimos contra otros, los sentimos nosotros.

Lograr que desaparezca el rencor.

Reconocer que guardar rencor nos priva de la felicidad. Nos quita la salud y el bienestar 

En segundo lugar, se debe reconocer que el rencor existe, que está presente y que nos invade.

Asumir que el rencor está ahí es el  paso para poder salir de él. Sólo conociéndonos bien podemos aprender nuestras fortalezas y debilidades para hacer frente.

Sentir rencor sólo daña a la persona que lo siente. Piensa que si sientes rencor por otra persona, esa emoción tuya de rencor no le va a llegar porque es una sensación subjetiva tuya, por tanto sólo te haces daño a ti mismo sin conseguir nada con ello.

Piensa otras posibles soluciones o respuestas al problema. A veces hablar con esa persona, contarle a otra lo que te pasa que muchas veces puede ser un tercero, o expresar la rabia, son algunas de las cosas que te podrían ayudar.

Si sientes rencor y ya has pedido perdón o te han pedido perdón, es el momento de dejar de recrearnos en el dolor. Si decides avanzar, avanza.

Si decides quedarte en el dolor, te quedas, pero no estés a medias tintas porque eso no te ayudará. Meter el dedo en la herida cuando ya se han hablado las cosas, sólo servirá para sacar trapos sucios y retroceder.

Debemos diferenciar el rencor del orgullo. Hay personas que a lo largo de los años ya no sienten rencor, porque ni siquiera recuerdan lo que les pasó con el otro o ni siquiera le dan la misma importancia a día de hoy a lo que en su día ocurrió. Pero sin embargo no se acercar a la otra persona porque ya ha pasado mucho tiempo

Si lo que sientes no es rencor y es orgullo, piensa que la otra persona podría estar igual que tú, o no, así que si quieres reconciliarte con alguien, no dejes pasar el tiempo y acércate, siempre asumiendo y pensando en las consecuencias y en lo peor que te podría pasar.

Haz lo que tú corazón, tu cabeza y tu experiencia dictaminen y deja de pensar en lo que los demás hacen y dejan de hacer.

Aquí algunos tips para dejar el rencor.

Acostúmbrate a la sinceridad de las personas, acéptalas como son y no te tomes todo lo que hacen de forma personal.

Si lo que otra persona te hace te hiere, aléjate, no estas obligado a estar con alguien que te provoca esas emociones.

Deja de odiar a esa persona por ser como es, ¡No te está haciendo nada! No es ella la que provoca tu dolor, es tu insistencia en querer que responda como tú quiere para que te haga feliz, pero dime una cosa ¿donde quedan sus deseos si obedece a los tuyos?

Si sientes que alguien que quieres o has querido te ha tratado mal entiende que tal vez esa persona no sabe o no quiere compartir contigo ese trato que le pides, tal vez no siente lo mismo por ti que tu por ella y eso no es exigible porque directamente no lo siente.

En lugar de seguir odiando o sintiendo rencor, date tu ese amor. Frena el círculo vicioso del rencor, y deja de alimentarlo con tu actitud, pensamiento y palabra.

Busca lo que quieres en ti, nadie te puede privar de tu felicidad, sólo tus ideas preconcebidas respecto a ella.

La vida es muy corta. Disfruta cada día que Dios te da. Se feliz